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El pueblo de FRIAS emerge y renace entre 4 grandes y poderosos "Apús”: Cahingará, Kachiriz, Huaminkas y Puñuño, fieles guardianes y testigos de aquella historia de este pujante pueblo; además son aquellos que desde las entrañas regalan el fruto bendito de la madre naturaleza, son ellos los que día a día observan como su gente humilde, trabajadora, inteligente y de gran trascendencia, se levanta en el devenir de la vida. El alma y el espíritu de un pueblo que por mucho tiempo vivió bajo los rezagos del latifundismo. Este rincón del alto Piura, reñidamente esconde innumerables tradiciones, costumbres, los mitos, creencias y supersticiones y que además son transmitidos en ese lenguaje sencillo y ameno de sus Cuentos y Leyendas, las mismas que alimentan la fuerza y el espíritu de esa gente del campo que cada día al amanecer visiona un nuevo mañana al final de cada jornada de trabajo.

Estimados amigos de Frías, Ayavaca, Piura, el Perú y de todo el mundo, aquí encontraras las más fantásticas historias y narraciones de un pueblo milenario e histórico, aquel que el tiempos inmemorables fueron llamados "Huaminkas", gente poderosa, amante al arte y a la lucha y que también fue noble y solidario como los trabajadores "Chincharas". Aquí trasmito a través de la literatura el alma de aquel pueblo que constantemente lucha por seguir adelante.



Frías : Paraiso del Alto Piura y Cuna del Idolillo de Oro

Frías : Paraiso del Alto Piura y Cuna del Idolillo de Oro
El Pueblo de Frías, Bajo los Encantos de La Bella Durmiente - Piura - Perú

sábado, 9 de enero de 2010

El Perol Encantado

Un día del mes de setiembre, entre el silbido del chílalo, el susurro triste de la paloma y el vuelo silenciosos de la huacaca. Un pastor evangélico de manera sigilosa, llegó al caserío de Limón, según él a predicar la palabra de Dios, después de varios días de predica fue testigo presencial de un hecho muy extraño en el momento que lavaba su ropa en una de aquellas lagunas del río cercano. La gente más longeva de aquel lugar ya relataba que por esos lares se encontraba un perol de oro que los antiguos habían enterrado, estaba encantado y que misteriosamente se les presentaba a más de uno.

Por coincidencia, ese mismo día un morador del caserío, sacrificó una chancha de color blanco, pero para mala suerte le salió enferma con triquina, entonces éste lugareño cargó con su animal muerto y la arrojó al río. Aguas abajo el pastor que se encontraba lavando sus prendas de vestir vio muy aterrado que venía un bulto blanco por encima de las turbulentas aguas, como si caminase sobre algo duro, se asustó mucho, llegando a su mente que era alguna cosa mala o las sombras de algún tesoro escondido entre la corriente, de inmediato comenzó a orar en voz alta y por coincidencia, el animal muerto desapareció hundiéndose bajo la creciente, no dejando señal alguna de su existencia.

Después de algunos años por aquellos lugares se presentó una inclemente sequía, esas que a cualquier morador y animal silvestre hace padecer, no había agua por ningún lado, solamente resumía de aquella laguna, fiel testiga de aquel hecho insólito, todas las personas del lugar se acercaban cautelosamente a recoger agua hasta que el líquido elemental se agotó totalmente. Grande fue la sorpresa de los moradores cuando ante sus ojos apareció un enorme perol de oro, el cual generó un comentario grande y que fue extendido por todos los lugares aledaños al caserío del Limón. La información llegó a los oídos de un hombre muy ambicioso que tenía ansias de poder y riqueza. Éste ingeniosamente planificó la forma de cómo sacar el perol del hueco que había quedado como herencia de aquella laguna. Un día el avaro hombre se fue al río llevando una yunta de toros, se introdujo cautelosamente en el fondo del hoyo y amarró fuertemente de las orejas del recipiente con grandes y dobles betas, que son cuerdas hechas con cuero de res, y antes de que saliera, como por arte de magia se cerró el hueco quedando sepultado aquel hombre junto con su ambición, los gritos de desesperación se dejaban escuchar, los mismos que azoraron a los pájaros que descansaban en sus nidos.

El pastor evangélico que había tomado por costumbre vigilar al perol todos los días, vio muy asustado lo que sucedió, al regresar al caserío contó a todos los moradores todo lo que él había visto. Un anciano conocedor de ello comentaba que sus abuelos le contaron que en aquella laguna siempre aparecía un enorme perol de oro y aquella persona que lo profanara lo pagaría con su vida.

El predicador, en ese instante se lleno de nervios y de mucho temor, allí nomás emprendió el viaje de regreso a su tierra, no volviendo nunca más por aquellos encantados lugares de Limón y sus alrededores.

1 comentario:

  1. Muy interesante, adelante con esa noble labor de recopilación de Leyendas. Me encontré con tu blog mientras buscaba información sobre la "leyenda del Perol de Oro. Si me lo permites te agregaré en mi Lista de blog.

    Visitame en "El Pijuayo": http://elpijuayo.blogspot.com/

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