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En tiempos atrás, Frías era un bosque muy pantanoso y no estaba poblado. ¡Tilín, tilín! ¡Tilín, tilín! Fue el sonido Alegre de unas campanillas que escucharon una vez los lugareños cerca del pueblo. Se acercaron más y más y el sonido se hacía más claro hasta que encontraron las campanillas en las manos de una imagen piedra y era nada menos que el Apóstol San Andrés. Sorprendidos comunicaron el hecho a los demás pobladores quienes no demoraron en llegar al lugar del hallazgo. Pensaron que el santo quería una capilla pero el lugar donde lo encontraron no era adecuado, era un pantano.
Unos dijeron ¡Hay que llevarlo a Culcas, para ponerlo en las hermosas llanuras! Cuando llegaron con la imagen al lugar las campanillas empezaron a sonar roncas y desafinadas. ¡Ti…lan, Tilannnn, Tiii-lánn, Too…linnn!, al amanecer no encontraron al santo. Afanosos buscaron a la imagen y la encontraron en su sitio de origen. Se dieron cuenta que el deseo del santo era que allí le construyeran su templo.
¡San Andrés no quiere el templo en Culcas¡ dijeron y se lo llevaron a las pampas de Parihuanás y sucedió lo mismo, pues en la noche estuvieron haciendo velatorio y al amanecer nuevamente había desaparecido y lo encontraron por tercera vez donde inicialmente lo hallaron, es decir en el cienego o bosque pantanoso.
Convencidos ya del deseo de San Andrés empezaron a secar el pantano, cortaron los árboles para trasladarlos hasta allí, con hachas y picos, quebraron piedras, que habían cerca, con ayuda de san Andrés lograron transformar ese pantano, construyeron un templo en su honor y al lugar lo llamaron San Andrés y poco a poco fueron poblando la zona y construyeron sus casas de adobe y con sus techos de paja y posteriormente de teja, alrededor de la edificación.
Unos dijeron ¡Hay que llevarlo a Culcas, para ponerlo en las hermosas llanuras! Cuando llegaron con la imagen al lugar las campanillas empezaron a sonar roncas y desafinadas. ¡Ti…lan, Tilannnn, Tiii-lánn, Too…linnn!, al amanecer no encontraron al santo. Afanosos buscaron a la imagen y la encontraron en su sitio de origen. Se dieron cuenta que el deseo del santo era que allí le construyeran su templo.
¡San Andrés no quiere el templo en Culcas¡ dijeron y se lo llevaron a las pampas de Parihuanás y sucedió lo mismo, pues en la noche estuvieron haciendo velatorio y al amanecer nuevamente había desaparecido y lo encontraron por tercera vez donde inicialmente lo hallaron, es decir en el cienego o bosque pantanoso.
Convencidos ya del deseo de San Andrés empezaron a secar el pantano, cortaron los árboles para trasladarlos hasta allí, con hachas y picos, quebraron piedras, que habían cerca, con ayuda de san Andrés lograron transformar ese pantano, construyeron un templo en su honor y al lugar lo llamaron San Andrés y poco a poco fueron poblando la zona y construyeron sus casas de adobe y con sus techos de paja y posteriormente de teja, alrededor de la edificación.
Relato popular
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